Inicio
Asia
Japón

Tokio en tus ojos

Como pocas, la ambivalente ciudad de Tokio se ha retratado muchas veces desde el séptimo arte. Cada historia, cada conflicto, cada punto de inflexión de cientos de películas han puesto a la urbe japonesa en los ojos del mundo, exhibiéndola como un filme inagotable. En este caso nos asomamos a dos clásicos de la cinematografía donde se aprecian varios escenarios de este destino oriental: Perdidos en Tokio y Kill Bill.

¿Qué haces aquí?

Un par de cosas. Descanso de mi esposa, olvido el cumpleaños de mi hijo y recibo dos millones de dólares por promocionar un whisky cuando podría estar haciendo una obra de teatro en algún lado.

Oh.

La buena noticia es que el whisky funciona.


No hay que regresar aquí nunca, porque nunca sería tan divertido.


¿Ya te vas?

Sí. Y mis guardaespaldas están ahí.

Muy bien. ¿No me desearás un viaje “agladable” o algo así?

Sí, claro.


¿Para qué quieres a Hattori Hanzo?

Necesito acero japonés.

¿Por qué necesitas acero japonés?

Tengo que matar una alimaña.

Debes tener grandes ratas si necesitas el acero de Hattori Hanzo.

Enormes.


A la tonta muchacha caucásica le gusta jugar con espadas de samurái.


Puedes no ser capaz de luchar como un samurái pero, al menos puedes morir como uno de ellos.

 

Bob Harris es un actor en decadencia que llega a Tokio a filmar una publicidad. Se lo ve aburrido y confundido. Ella es Charlotte. Es la esposa de un fotógrafo que se pasa el día trabajando en la ciudad, mientras que ella se queda encerrada en el hotel. Recién graduada, sin saber qué hacer, Charlotte también parece estar perdida en ese lugar desconocido. Son dos extraños que no se encuentran del todo en la vida que llevan, dos desconocidos que empiezan a descubrirse en sus insomnios y a entablar una relación difícil de clasificar. Una especie de amor imposible, basado en miradas, escapadas cómplices y encuentros en silencio.

Un amor que tiene a Tokio como escenario principal.

La cuestión es simple, primitiva. La Novia, una antigua miembro de un equipo de asesinos, busca vengarse de sus antiguos colegas, quienes masacraron a los participantes de su fiesta de boda e intentaron matarla. A partir de allí La Novia no descansará hasta lograrlo, luchando con quien se cruce en su camino para llegar a Bill.

Una venganza que tiene a Tokio como escenario principal.

Como pocas la urbe japonesa se ha retratado muchas veces desde el séptimo arte. Cada personaje, cada conflicto, cada punto de inflexión de cientos de películas han puesto a Tokio en los ojos del mundo, exhibiéndola como un filme interminable.

PERDIÉNDONOS EN TOKIO. 

Bob Harris se va despertando a bordo del taxi que recorre las calles de Tokio y nos abre a un mundo desconocido, a una ciudad difícil de definir, y como él, los espectadores no podemos creer lo que vemos.

El filme de Sofía Coppola es un ejemplo perfecto de cómo una película puede adentrarnos en el corazón de un destino. La trama principal se desarrolla en el imponente Park Hyatt Tokio, donde su directora vivió horas interminables de insomnio y espera.

La propiedad se localiza a unos 90 minutos del aeropuerto de Narita, en pleno corazón de Shinjuku, el más importante centro comercial y administrativo de Tokio. Este barrio (muy de moda en la urbe) se localiza en la zona oeste y reúne una amplia oferta de bares y discos, junto a grandes almacenes y tiendas. Además, un dato curioso, uno de los miles de esta urbe, tiene como protagonista a la famosa estación de trenes de Shinjuku, ya que se trata de la terminal más utilizada del mundo, con un promedio de 3 millones de pasajeros que la abordan diariamente.

Mientras Bob pasa las horas embebido en la filmación de la publicidad que lo tiene como protagonista, Charlotte comienza a desandar Tokio. Desde la estación Omotesandō llega a Jougan-ji, un pequeño templo en Nishi (Shinjuku). Es que como parte de su ambivalencia, la ciudad ostenta un gran número de espacios espirituales que sin dudas merecen una visita. Uno de ellos es el santuario Meiji, situado en Shibuya. Se trata de un templo Shintoista que está dedicado a los espíritus del emperador Meiji y su mujer, la emperatriz Shoken. El lugar está ubicado en un bosque que cubre un área de 700 mil m² con más de 120 mil árboles de 365 especies, que fueron donados por el pueblo japonés cuando se construyó el santuario.

En los alrededores de Shinjuku se alza el pequeño templo Hanazonojinja, un santuario sintoísta, que se convierte en un oasis de paz en medio de uno de los barrios más frenéticos de la ciudad. Los domingos se arma un tradicional mercado en el que se pueden encontrar porcelanas, libros y ropa.

Ahora bien, si lo que se busca es el ambiente tradicional de Japón, la respuesta está en el barrio de Asakusa, donde se localizan algunos de los santuarios más antiguos y bellos de la ciudad.

El templo de Sensoji, conocido también como Asakusa Kannon, fue fundado en el año 645 y es el más antiguo de Tokio. Cada año, unas 20 millones de personas visitan este templo dedicado a la diosa Kannon. En el recinto se levanta el gran incensario O-koro, que según la tradición fortalece a los débiles y cura a los enfermos.

ENCONTRÁNDONOS EN TOKIO. 

La aventura a la japonesa de Charlotte y Bob comienza más allá de las fronteras del hotel cuando se animan a salir al mundo indescifrable de Tokio. El periplo incluye muchas de las mejores atracciones de la zona de Shinjuku. Así es como juntos llegan a uno de los lugares más populares de la ciudad: el cruce de Shibuya (localizado delante de la estación de Shibuya), también conocido como Scramble Kousaten, famoso por ser el cruce más transitado del mundo.

Otro dato curioso: se utiliza un stop sincronizado en las cuatro direcciones, lo que da como resultado que cuando los autos se detienen los peatones comienzan a circular en todos los sentidos.

Se calcula que por allí transitan más de un millón de personas cada día.

Bob y Charlotte también nos sumergen en el mundo de los pachinkos, una clase de juegos que combinan un moderno sistema de video con el clásico flipper. Se dice que fue inventado durante la Segunda Guerra Mundial y actualmente están distribuidos por todo el territorio en las pachinko-parlors, una especie de casinos.

Y por supuesto nos llevan a los clásicos karaokes, uno de los sitios que mejor describen los rasgos elementales de la cultura nipona. Estos locales agrupan una amplia oferta de comidas y bebidas, y ofrecen jornadas de diversión sin inhibiciones. Dichos espacios de entretenimiento abundan en los barrios de moda de la urbe, como es el caso de Shibuya, donde se localiza el Karaoke-Kan de la película.

¿REVANCHA A LA JAPONESA?

Si bien el volumen 1 de Kill Bill, la genial película de acción de Quentin Tarantino, parece estar situada en Japón, dos de los escenarios más característicos (y más impactantes) de la película se filmaron en China.

En el filme La Novia vuela a la isla de Okinawa para visitar al retirado fabricante de espadas Hattori Hanzo (uno de los antiguos profesores de Bill) para adquirir la espada perfecta y fundamental para su sueño de venganza. Lo encuentra en un restaurante de sushi, que en realidad fue filmado en unos estudios de cine de Beijing. Recién vemos realmente a Tokio cuando La Novia, que llega en avión, recorre con su mirada la magnífica ciudad que se abre bajo los cielos. Mientras tanto, O-Ren Ishii (encarnada por Lucy Liu) transita el imponente Rainbow Bridge, famoso puente colgante que se tiende sobre la zona norte de la bahía de Tokio.

El exclusivo restaurante Gonpachi sirvió de inspiración para el House of Blue Leaves del largometraje de Tarantino, que también fue construido en un estudio de Beijing, en China. Si bien en la película sirve de escenario para la sanguinaria matanza de La Novia, el verdadero restaurante es un espacio muy agradable, con una decoración rústica y típica.

TOKIO PARA TODOS

Desde Austin Powers, Babel y The Wolverine, pasando por Godzilla, que tuvo varias remakes, Rápidos y Furiosos, hasta Cars, la ciudad de Tokio ha sido incansablemente exhibida en el séptimo arte, mostrando sus áreas más importantes. Algunos de estos sitios imperdibles son el Palacio Imperial, antaño el Castillo Edo, con su elegante Nijubashi, un puente de doble arco que conduce a la entrada principal; el Marunouchi Building, que domina la salida de la estación Tokio al distrito Marunouchi y ofrece, en 36 plantas, restaurantes, tiendas y oficinas; Ginza, famosa en todo el mundo por sus elegantes tiendas, y donde también se localiza el Teatro Kabuki-za; en el distrito Ueno se ubica el parque homónimo, el más grande de la capital. En abril, el jardín se convierte en un paraíso de cerezos en flor, atrayendo a miles de visitantes. Se trata, además, de un amplio centro de arte y cultura. Para los que deseen hacer una escapada al pasado de Tokio, nada mejor que el distrito Asakusa. Las múltiples calles que se abren y cierran están flanqueadas por antiguas casas y puestos que venden artículos tradicionales, como kimonos tejidos a mano. En Shibuya tienen lugar todas las innovaciones de la urbe, por lo que es muy elegida por los jóvenes. Es el espacio ideal para sentarse en un café al aire libre mientras se observa de cerca el interesante movimiento local. Otros de los sitios recomendados son la Tokyo Tower; el Tsukiji fish market, el mercado de pescados, frutas y vegetales más grande de Japón, y uno de los más extensos del mundo; Akihabara, el barrio tecnológico; y el Museo Nacional de Tokio.

Temas relacionados

Deja tu comentario