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Volvimos a Isla Margarita

Hoy más que nunca regresamos a Isla Margarita aprovechando la red de vuelos para encontrar un destino que vuelve a estar vigente con nuevas alternativas. Además de sus playas, este sitio presenta una variedad de alternativas como actividades ecoturísticas, opciones de compras y mucho más. 

Si bien el turismo a Isla Margarita comenzó en los años 90 principalmente con turistas provenientes de Europa, hoy la afluencia de estos viajeros ha mermado debido a que algunas compañías aéreas dejaron de operar y también por la “mala publicidad”. Pero el destino sale a flote y se mantiene vigente, según Rafael Plazola, guía turístico, con actividades clásicas como la playa pero también con otras propuestas inolvidables.

Primero hay que decir que Isla Margarita es un destino amigable y no es peligroso. La gente puede disfrutar de compras en centros comerciales como Sambil o Costa Azul, visitar alguno de los 15 pueblos –cada uno con su encanto–, disfrutar de su gastronomía, arte, cultura, y deportes náuticos como surf, windsurf y kitesurf, especialmente en playa Yaque.

Entre las novedades, cabe mencionar que en playa El Agua se lleva a cabo la construcción de un bulevar para la posterior adecuación de locales comerciales y una segunda línea de restaurantes, ideal para caminatas, compras y disfrutar la playa de otra manera.

¿Qué más? Mucho…

PARQUE NACIONAL LAGUNA DE LA RESTINGA.

Es posible afirmar que Margarita son dos islas unidas por La Restinga, un narque nacional situado a 10 minutos del terminal de ferrys de Punta Piedras, a 15 minutos del aeropuerto y a media hora de Porlamar. Para llegar hay que tomar la carretera que lleva a la península de Macanao. En el camino se pueden apreciar variados carros antiguos que por no ser ley en Isla Margarita la revisión tecnomecánica se convierten en un atractivo.

Una vez en el parque, los viajeros pueden recorrer la laguna en una embarcación pequeña, para cinco personas, cuyo paseo dura una hora. Manglares, estrellas de mar y románticos túneles creados por la unión de árboles resumen los encantos de La Restinga. Hay canales con nombres particulares como Plaza de mis Amores, Canal del Beso o Túnel de los Enamorados.

Además, en el embarcadero existen numerosos puestos en donde se venden recuerdos y bisutería a muy buenos precios.

Una de las posibilidades adicionales es el recorrido hasta la playa La Restinga, un lugar ideal para prolongadas caminatas a la orilla del mar por sus 22 km. de costas. Tiene olas y es de arena gruesa. Asimismo, hay servicio de toldos y varios restaurantes que ofrecen un sinfín de platillos cuyos ingredientes principales son los productos del mar.


WATERLAND MUNDO MARINO.


El acuario margariteño cuenta con diversas actividades que el viajero puede disfrutar durante su estancia. Fue creado en 1997 con el objetivo de enseñar y llevar la magia de la naturaleza a todos los visitantes, tanto locales, nacionales como extranjeros.

Waterland garantiza recuerdos inolvidables al ofrecer experiencias como el nado con delfines. De hecho, posee un paquete VIP por medio del cual los visitantes se sumergen en una piscina y por grupos de cinco comparten un espectáculo de 45 minutos. Nado, canto, baile y la posibilidad de vivir de cerca las acrobacias que hacen los delfines, hacen parte del programa.

Para los niños o las personas que no deseen participar de esta aventura, el lugar ofrece Momento Mágico, un espacio para acercarse al delfín, observarlo, acariciarlo y hasta darle un beso sin necesidad de sumergirse junto al animal.

El sitio cuenta con 13 delfines, lobos marinos y un zoológico de resguardo del Ministerio de Ambiente de Venezuela en donde viven monos, guacamayas, tortugas, monos tití, morrocoyes y animales rescatados. ”Recibimos especies maltratadas que han encontrado en resguardos ilegales o en las calles, y nosotros las cuidamos y las vinculamos al zoológico”, afirmó Anmargaret Mejía, presidenta de Waterland Mundo Marino.

Otro de los mayores atractivos del acuario son los programas educativos, recreativos y terapéuticos. Estos últimos le brindan la posibilidad a niños desde los 4 años con algún retraso mental, parálisis, autismo, hasta ancianos con Alzheimer, mal de Párkinson o cáncer a acceder a tratamientos basados en las ondas que emite el delfín para estimular el sistema nervioso central del paciente. Gracias a este programa, más de 700 personas al año visitan Waterland y reciben el cuidado que necesitan por medio de esta terapia.

ISLA DE COCHE.

Para complementar la rica oferta que puede disfrutar el visitante, es recomendable que tome el full day a Isla de Coche. Para ello, será trasladado al muelle donde tomará una embarcación, normalmente un catamarán con los mejores servicios a bordo: entretenimiento, música, bebidas, diversión y actividades de integración. También existe la posibilidad de abordar un ferry. Y la forma más simple es en un peñero que sale desde playa El Yaque, donde un lugareño realizará el traslado de ida y vuelta y lo conectará con las alternativas de comida, transporte y alojamiento.

Coche se eleva a 60 m. sobre el nivel del mar, tiene 11 km. de longitud y 6 km. de ancho. Cuenta con hoteles que han respetado el equilibrio natural de la isla, construyendo sus instalaciones frente a un mar apacible y con brisa constante.

La isla está habitada por gente que vive de la pesca y el turismo. Ofrece paisajes muy diferentes, de costas y acantilados, así como una playa de arenas brillantes y aguas traslúcidas y serenas. Es posible conocer la isla y sus particulares atractivos a bordo de una bicicleta, pero hay que tener en cuenta de llevar un sombrero y protector solar porque en Coche casi nunca llueve y el sol brilla con fuerza durante todo el año. Si se prefiere el auto, entonces el paseo demandará dos horas permitiendo al visitante conocer unos paisajes asombrosos llenos de planicies desiertas y suaves colinas con gran colorido, a las cuales los nativos les dan el nombre "del gran cañón en pequeño". Los colores de estas playas embargan de emoción al viajero, pues le permiten verse en medio de las colinas color terracota, violeta y plateado. Al alzar la mirada se ve el mar y el cielo al fondo que va del azul celeste al profundo, una invitación a la tranquilidad y el descanso.

La aventura se complementará, por supuesto, con visitas a las playas El Coco y El Amor. Ésta última debe su nombre a que es habitualmente visitada por parejas que disfrutan de las increíbles vistas desde el acantilado. Sus aguas son serenas y de un color azul trasparente.

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