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Diversión sin fin en el Carnaval de Panamá

Todos los años el color y la alegría alcanzan su máximo esplendor en el Carnaval panameño. Aunque no es una fiesta oficial, es la más destacada de Panamá y puede disfrutarse tanto en la capital del país como en algunas ciudades del interior. Reinados, desfiles, carrozas decoradas, música en vivo, puestos de comida y fuegos artificiales forman parte de la celebración.

El Carnaval –fiesta popular dedicada al dios Momo– tiene lugar en Panamá desde principios del siglo pasado, aunque en la época colonial ya tenían lugar las primeras celebraciones, con disfraces de rey y reina de España, conquistadores, esclavos e indios, simulando batallas.

En la actualidad, la temporada de Carnaval en Panamá se lleva a cabo con la misma seriedad e importancia que las fechas nacionalistas. Es una pausa en la agenda del panameño, que se inicia cuatro días antes del Miércoles de Ceniza.

Así, de un tiempo a esta parte, los carnavales de Panamá se convirtieron en un atractivo turístico mundial. Año tras año van adquiriendo más popularidad debido a su derroche de colores, alegría, costumbres y tradiciones.

UN VERDADERO JOLGORIO.

En estos cuatro días la capital panameña y diferentes regiones del interior del país se convierten en un verdadero jolgorio, en el que tanto nacionales como extranjeros disfrutan de los desfiles, carrozas, máscaras, disfraces y costumbres.

La fiesta se inicia el viernes en la noche con la coronación de las reinas y princesas. Luego, el sábado, domingo, lunes y martes (por la mañana, tarde y noche) la gente festeja y socializa hasta el amanecer en un ambiente en el que predomina la música y el baile al aire libre.

La mayor celebración tiene lugar el martes de Carnaval, cuando miles de mujeres y niñas van ataviadas con la típica pollera panameña y desfilan carrozas alegóricas, confeccionadas con motivos de fantasías, cuentos y leyendas. Ese día la celebración termina a la madrugada, con el popular entierro de la sardina.

Los carnavales panameños se caracterizan por los tradicionales “culecos” o “mojaderas” durante el día, y por los famosos desfiles y “tunas” (grupos de simpatizantes) de las reinas y princesas por la noche.

En estos días cada rincón del país se llena de esplendor. Sin duda alguna los carnavales más destacados se encuentran en Ciudad de Panamá, Capira, Penonomé, Chitré, Los Santos, Las Tablas y Ocú, al igual que en Santiago de Veraguas y Dolega, en Chiriquí.

En Ciudad de Panamá, a lo largo de la cinta costera se montan escenarios para recibir a artistas nacionales, además de discotecas móviles, puestos de venta y carros cisternas para las “mojaderas”.

La celebración se puede apreciar con gran similitud en casi todas las provincias, aunque pueden observarse algunos cambios de acuerdo a la especialidad del área. Así, por ejemplo, en Penonomé se realizan los carnavales acuáticos, con el río Zaratí como escenario, donde las reinas se pasean en carrozas sobre las aguas del balneario Las Mendozas.

En Ocú, en tanto, hay tres reinas o princesas. Mientras que en La Villa de Los Santos el desfile de la pollera difiere del resto de esta provincia, realizándose el domingo, al igual que en la ciudad capital.

Por su parte, en Las Tablas se luce la pollera y un tema relativo a una fantasía nacional, surgida de la historia, la literatura, la flora, la fauna o la mitología indígena.

Cabe mencionar que el carnaval tableño es considerado uno de los mejores y más reconocidos en el país. Además, su celosa esencia regionalista crea un ambiente particular de rivalidad entre Calle Arriba y Calle Abajo, compitiendo con las mejores galas y majestuosas carrozas.

Asimismo, los carnavales de Las Tablas son reconocidos por el lujo, las costumbres y tradiciones, entre las que sobresalen las tonadas (cantos y rimas) de cada reina.

En este distrito la tradición se vive el martes de Carnaval con cajas y tambores; en horas de la tarde se realiza la tuna a pie con la reina, quien –al igual que en Pedasí, Santo Domingo y San José– expone con gallardía y donaire todo su esplendor y sentir, orgullosa de sus raíces folclóricas. Y por la noche utiliza otra pollera para el paseo en su carro alegórico, dotada de las cualidades de una soberana.

La fiesta culmina a las 5 de la madrugada del miércoles con el "Topón", una intensa quema de fuegos artificiales en el área del Parque Porras y la tuna a pie con cada reina empollerada.

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